La inoculación de la población en México y el mundo ha significado la posibilidad de comenzar a planear un futuro más benévolo para todos, uno en el que la resiliencia ha sido el factor determinante para salir adelante. Si bien la pandemia mostró las desigualdades sociales, también ha sido un catalizador para la solidaridad y el cambio de paradigmas que no sucedía desde hace décadas. Hemos tenido la fortuna de ser actores y testigos de la unión de esfuerzos en torno a un mismo fin: salvaguardar la salud, la vida y el bienestar social de todas y todos.